ARTÍCULO DE LA SEMANA "FILÍPIDES: CENTENARIO HOMENAJE"

Decía Oscar Wilde, famoso dramaturgo y novelista irlandés, que el “único deber que tenemos con la historia es reescribirla”.

El año se remonta a 409 A.C., y el escenario: la Primera Guerra Médica o Batalla de Maratón. El general griego Milciades presionado ante la avasalladora fuerza militar persa decide enviar a su mejor hemeródromo (en griego es el término que adquirieron los mensajeros-corredores de larga distancia y que significa “el que corre todo el día”) para viajar hacia la ciudad de Atenas tan rápido como fuese posible para transmitir un mensaje crucial para los habitantes de la ciudad.

Si el ejército griego no regresaba con una victoria al día siguiente, el general ordenaba la ejecución de todas las mujeres y niños atenienses. Esto ante la amenaza persa que recibieran de violar a todas las mujeres y capturar a los niños como esclavos a su paso por Atenas.

En el nacimiento de los juegos olímpicos, la prueba del maratón se erige como homenaje al gran soldado griego y la maratónica distancia que existía entre la ciudad de Maratón y Atenas. Tal y como en una escena proveniente de la épica griega, se inmortalizó en lo que hoy es el máximo evento de los juegos olímpicos de la era moderna.

Maratón legendaria. A cien años del inicio de la prueba de maratón como disciplina olímpica me dispongo a otorgarle el mérito que la misma merece mediante este sencillo collage ecuménico de tiempos, atletas y eventos de una de las competencias más exigentes y desgastantes del atletismo actual.

La historia olímpica del maratón se remonta a los primeros juegos olímpicos de la era moderna realizados en el año de 1896 en Atenas, Grecia (Véase foto derecha).

Las condiciones iniciales del corredor de maratón se ponían a prueba exigiendo no sólo un alto nivel de entrenamiento para la prueba sino también el reconocimiento del peligro al que se encontraban expuestos. Para los juegos olímpicos de 1912 (Estocolmo, Suecia) el atletismo olímpico sufrió una lamentable pérdida cuando maratonista portugués Francisco Lázaro murió participando de la carrera.

La prueba se realizaba en una distancia variable, y no fue sino hasta 1908 durante los juegos olímpicos realizados en Londres donde se estableció la distancia oficial del maratón olímpico. Para aquella época, los organizadores de los juegos agregaron un tramo adicional a la prueba para que la Familia Real Británica pudiese asistir al inicio de la carrera desde los jardines del Palacio de Windsor totalizando una distancia de 42,195km.

Alrededor del globo existen numerosas ciudades que albergan maratones reconocidas, bien sea por la belleza y exotismo de paisajes en su recorrido así como también por su tradición deportiva y exigencias para los deportistas que participan de ellas. Es ya reconocida en la jerga del maratonista la serie llamada “World Marathon Majors” que reúne las cinco competencias más prestigiosas e importantes del maratón a nivel mundial y que se desarrolla en las ciudades de Boston, Berlín, Nueva York, Londres y Chicago.

De las anteriormente nombradas, la maratón de Boston es la más antigua y se realiza desde el año de 1897 tradicionalmente en el Día del Patriota (“Patriot Day” celebrado el tercer lunes del mes de abril).

El record mundial de maratón lo mantienen actualmente el etíope Haile Gebrselassie en la rama masculina con un tiempo de 2:04:26 (Berlín, 2007) y en la rama femenina la británica Paula Radcliffe con un tiempo de 2:15:25 (Londres, 2003).

Otros datos curiosos. En los últimos juegos que se están realizando en Beijing, los atletas que participarán de la prueba de los 42,195km deberán enfrentarse a la presencia de partículas de ceniza, sulfuro y humo en el aire de la ciudad china debido a los altos niveles de contaminación que aquejan la misma. Esto, según los expertos, disminuye la capacidad del cuerpo para ventilar oxígeno a los pulmones y en consecuencia afectará el rendimiento de los pedestritas olímpicos durante la prueba.

Como si la prueba en sí no resultase lo suficientemente exigente para el cuerpo humano, existen algunas maratones en el mundo que resultan particularmente especiales.

Me permito nombrar algunas como el Gran Maratón Tibetano cuyo recorrido se realiza a una altitud de 3500 metros sobre el nivel del mar, el Maratón del Círculo Polar que se realiza bajo una capa de hielo permanente y a una temperatura de -15°C, el Maratón de la Gran Muralla China y el Maratón Intercontinental Istanbul Eurasia siendo el único en su tipo donde los participantes corren a través de dos continentes (Europa y Asia) durante un mismo evento, entre otros.

Siendo una historia verdadera o más que una mera leyenda lo cierto es que cada vez son mayores[1] los corredores que participan de este magno evento alrededor del planeta de manera amateur o profesional.

Y aún cuando las motivaciones son diversas, compartimos lugares comunes con esas gentes regocijando el alma ante el hecho de no estar solos aunque sí un poco perturbados por el clima del día de la carrera, si los zapatos nuevos que compramos aliviarán el dolor que siempre siento pero nunca logro quitar, si el reloj realmente está marcando la distancia correcta cuando aún no he llegado a la meta y si realmente tanta cafeína en sobre y con sabores de fruta pueden ayudarme a mejorar mi tiempo o solo me causarán un terrible e incómodo dolor de estómago durante la carrera. Admitirlo es nuestra única herramienta de resguardo; aceptar lo que somos para saber hacia donde vamos.

Pertenecemos a la gran tribu de los “hemerodromoi” y el asfalto, la montaña, el parque, el camino nos pertenece…

Marcos Subía C.
[22/08/2008]

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[1] Traina, M., Vieira,J., (2006)

Referencias Bibliográficas.
[1] Traina, M., Vieira,J. (2006). CORRIDA DE RUA: ANÁLISE DO CRESCIMENTO DO NÚMERO DE PROVAS E DE PRATICANTES STREET RACE: ANALYSES OF THE GROWTH OF THE NUMBER OF COMPETITIONS AND PRATICTIONERS. Faculdade de Educação Física/UNICAMP.

[2] S/A. Marathon de http://en.wikipedia.org/wiki/Marathon Revisado el 14 de agosto de 2008.