Relatos porteños... (continación)
Maratón Internacional de Buenos Aires 2008‘En la ciudad de la furia’Descansado y luego de un breve desayuno, me dispongo a recorrer algunas calles de la prueba hasta llegar al sitio de la Expomaratón.
El sitio de reunión de los maratonistas está ubicado a pocos metros de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires rodeado de parques y áreas verdes favoritas por los corredores, deportistas y paseadores de perros que aparecen a diario en esta explanada.
El área dispuesta para la exposición se compone de espaciosos corredores y un apropiado número de stands de artículos deportivos, marcas y afines a este evento que con gran servicio y atención atienden a los corredores y curiosos (como yo) que han llegado desde temprano a visitarlos.
Hacia al fondo y sin dejar de probar una ensalada de frutas recién hecha en un stand de la feria, siendo ésta una de las mejores ideas por parte de los organizadores a mi parecer, me dirijo al área de los atletas. Números, computadores, camisetas y papeles por doquier para que los corredores se dirijan a sus respectivas filas y en cuestión de minutos reciban su respectivo kit; luego la bien llevada camiseta anaranjada cortesía del patrocinador Adidas.
Me despido de algunos conocidos y nuevos amigos para disfrutar el resto de la tarde en el Zoológico de Buenos Aires, actividad que se ha convertido durante mis viajes en destino turístico por excelencia no sólo por la oportunidad de mezclarse un poco con la naturaleza que a veces perdemos en las grandes ciudades sino por que cada zoológico cuenta la historia de su ciudad; forma con certeza parte de la historia y la educación de su gente.
Fundado en 1888, y tras varias restauraciones de sitio y “huéspedes” contiene una inmensa galería digna de visitar e interesantes informaciones del reino animal que entretienen y educan a gente joven o adulta por igual. Desde familias tomando el famoso mate sentados junto a los patos, parejas y grupos de adultos pasando una tarde agradable de viernes en un lugar tranquilo, fuera del sonido urbano y… Se me hace tarde para volver para el hotel al encuentro con los CAFRUNNERS pero con unas pochas horas de caminata y sol salgo sin que antes este bello lugar deje una buena impresión y reconocimiento futuro para compartirlo, vale la pena dar una vuelta por aquí.
Ya ha llegado la tarde y no hay señales del grupo, así que la programación para recoger el material se tendrá que retrasar hasta mañana. Una llamada para bajar y luego el anhelado reencuentro con ‘The Three Amigos’, Luis Enrique, Jairo y mi padre.
Entre abrazos e intercambio breve de palabras se une también nuestro estimado bisoño y joven corredor, Ricardo, para finalmente conocernos (en persona) y dirigirnos todos sin más que una voraz hambre a una merecida cena luego de tan larga travesía y conmemorar el inicio de una aventura ‘maratónica’ como ninguna presenciada por quien suscribe.
Entre tangos bien versados por el bien ilustrado Luis Enrique liderando al grupo junto al comandante Marcos, nuestros pasos llegan hasta el reconocido lugar llamado humildemente como ‘El Palacio de las Papas Fritas’. Un lugar lleno de historias locales y también de nuestros corredores que ya han visitado este lugar a través de los años.
Dos figuras reconocidas? Una vaga silueta del sr. Greenspan al fondo del salón, y un mesonero que logra reconocer a Luis Enrique. Nos regaña, entiende el hecho de que no seamos argentinos y nos dice que dejemos todo en sus manos… Luego vamos a enterarnos se le atribuye a este hombre la impresionante habilidad de leer el gusto culinario de los comensales. Apenas puedo pedir una buena cerveza Quilmes con el ‘tío’ Jairo y un buen vino recomendado por la casa dejándonos con la incertidumbre si fue o no una buena idea fiarnos de esta manera a nuestras primeras horas de visita en la ciudad.
En efecto, recomiendo altamente el lugar por su localización cercana al obelisco y las calles peatonales Florida y Lavalle turísticas por naturaleza, por su servicio y su comida de la cual todos quedamos muy satisfechos siendo ésta la última vez que algunos probaríamos un poco de alcohol hasta después de la prueba. Sin duda este personaje nos dejó una buena impresión para volver sin dejar de mencionar las famosas papas soufflé, curiosas por su naturaleza, pero divinas al gusto.
Se ha venido la noche encima y el grupo decide que es mejor un buen descanso para despertar temprano en el día de mañana siguiendo con las actividades del día previo al maratón. Un poco de viento y el tiempo ha comenzado a cambiar, será que nuestra suerte cambiará de la misma manera?
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