Correpasillos. Juguete infantil con ruedas que los niños que están empezando a andar empujan o utilizan para montarse encima, desplazándose con los pies.
Es difícil, lo sabemos quienes estamos dentro de este pequeño pedazo de Bohemia sagrada y respetada hasta las últimas consecuencias dentro de nuestra tribu.
Llevados de la mano con ideas e intereses por otras manifestaciones de la realidad humana (correr sin aparente razón alguna, en el crepúsculo y con nuestros agitados pasos como compañeros) somos odiados, idolatrados, incomprendidos y aceptados. Tal y como los bohemios, nosotros, seguimos libres de toda restricción e incondicionales a un modo de vida un tanto atípico para la mayoría. Pero que en la ausencia del mismo, nos condenaría a una inefable tristeza y melancolía como lo habremos percibido (me incluyo) ante cualquier reposo obligado por alguna lesión o situación de gravedad "menor" que el correr no pueda aliviar.
Ante la mirada inquieta de un 2008 lleno de aventuras, viajes y kilómetros recorridos llega ese año nuevo tan anhelado, no por alguna atribución astrológica o "numerológica" sino por que en sí, el nuevo año representa un nuevo viaje al descubrimiento de todos nosotros, de disfrutar el presente con el aprendizaje del pasado. Una valiosa oportunidad para plantearse nuevos objetivos, nuevas metas, nuevos rumbos, y por que no, una nueva vida…
Estimado lector o lectora de este breve espacio: Me complace una vez más llegar junto a ustedes, desde el otro lado del ciberespacio o de la calle, a ese corazón gitano, inquieto (corredor o no corredor) pero que por sobretodo agradece la libertad de unas palabras frescas y agradecidas de quienes me han impulsado a continuar con un viejo pero renovado objetivo de seguir contando cuentos, historias, relatos. Que es algo que sé hacer moderadamente bien algunos dirán sobre este personaje, conociendo dentro mí a un detallista impetuoso, terco y empedernido. Ante todo un observador que se sensibiliza ante las realidades percibidas en el día a día y que intenta expresar aquí; ante nada un loco que corre, ríe y sufre como todos.
Por último, quisiera dar la bienvenida a quienes ya conocen este espacio atreviéndose de nuevo a degustar (o disgustar?) de las palabras de quien escribe, y también para aquellos que por primera vez han dejado el "correpasillos" y osan desafiar la gravedad para correr por cuenta propia, cuenten con un espacio que es suyo y expresar nuestra pasión a viva voz.
Buenas carreras y éxito para todos!
Marcos Subía C.
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